HISTORIA DEL SHINOBU
Ninjutsu
LA CHINA
El
origen chino del Ninjutsu es ante todo literario; se relaciona con las
enseñanzas secretas y estratégicas del Arte de la Guerra de Sun Tzu. El primer
defensor según los anales del arte de las guerrillas, que dedica capítulos
enteros al sabotaje y a la infiltración, y con textos posteriores como las 36
Estratagemas. También en el famoso libro de los oráculos I Ching, también
llamado Libro de los Cambios. Tuvo un peso considerable en el arte militar
chino y luego Japonés, sentando las bases del arte de la adivinación,
considerado esencial para un buen estratega.
Como
en muchos otros campos, ya se tratase de porcelana o de escritura, de
metalurgia o de etiqueta, la procedencia del continente tenia casi un valor de
marca de calidad.
Un
clásico ejemplo del supuesto origen chino lo hallamos en él prologo de un libro
del siglo XVII, el Yoshitsune Tora No Maki (libro del Tigre, es decir, un libro
secreto, de Yoshitsune). En el se afirma que el origen del texto se remonta a
Hwang Shi Kung (el anciano de la piedra amarilla, en japonés Koseico), quien lo
habría entregado a Chang Liang, uno de los fundadores de la dinastía Han (208
aC).
Chang
Liang recogió una sandalia caída a un anciano que viajaba en una mula, y éste
le dio una cita a la que falto en tres ocasiones. Al final, para hacerse
perdonar, Hwang Shi Kung le regaló un libro secreto que había marcado el inicio
de su fortuna.
El
libro fue llevado a Japón por el sabio Ritoko en la época de la emperatriz
Jingu Kogo y llego hasta el emperador Seiwa, del que descendía la familia
Minamoto, y de esta fue a parar a manos de Yoshitsune.
El
contenido de este libro es sumamente
interesante pero, aunque sus orígenes son chinos, estos han sido ampliamente
japonizados, y partes enteras del libro son sin duda japonesas. En ellas se
habla de prácticas mágicas, de adivinación, de estrategia y de numerosas
técnicas secretas (como escapar del fuego encendido por el enemigo, como
curarse de una flecha envenenada, etc.).
Otras
influencias chinas pueden hallarse fácilmente en las teorías de las diferentes
sectas del Budismo esotérico (principalmente Tendai y Shingon) que ejercieron
una considerable influencia en los Yamabushis y desempeñaron un papel
importante en la creación del Shugendo.
Más
tarde hubo influencias más difíciles de encontrar pero más concretas, formadas
por diversos grupos de prófugos que en varias oleadas emigraron a Japón desde
el continente. Muchos de estos eran guerreros de una facción derrotada, y la
historia de las artes marciales japonesas conserva el nombre de algunos de
ellos, como también otros, japoneses, que volvieron del continente llevando
consigo nociones de combate.
La
preparación de un guerrero chino era tal vez más completa y sin duda más dúctil
que la de un guerrero japonés, y comprendía artes como la utilización de la
ballesta, del fuego y de la pólvora, así como también el sabotaje y la
infiltración, conceptos todos inaceptables para la casta samurai. Pero los
Ninja no eran samurai, y estos conceptos, fascinantes por su utilidad práctica,
fueron asimilados en poco tiempo.
También
es posible que algunos clanes Ninja descendieran de grupos de guerreros chinos
emigrados, una teoría útil para explicar la separación neta que parece existir
entre la sociedad japonesa y la cultura Ninja, por lo que guerras y espionaje
parecen ser los únicos vínculos, aunque no existe ningún elemento concreto que
lo pruebe, ni siquiera en la tradición de los clanes.
Muchos de los trucos ninja se repiten en la
China entre los saltimbanquis o en ciertos grupos de monjes itinerantes, un
poco curanderos y un poco magos, o en los relatos épicos que tienen como
protagonistas a las grandes bandas de ladrones, aunque el fenómeno dista de
tener las mismas características y, sobre
todo, la popularidad que tuvo en el Japón. En la China se trata más bien
de guerreros aislados con habilidades particulares, mientras que en Japón
tenemos grupos organizados y dedicados al mismo tipo de actividad mercenaria.
En la China se trata de personajes normales obligados a vivir fuera de la ley
por una injusticia del soberano o que han elegido este tipo de vida por
vocación, mientras que en el Japón el ninja es principalmente por tradición
familiar.
KOREA
La
península coreana es la parte del continente asiático que se encuentra más
próxima a las islas japonesas. Por ello, un intercambio cultural entre estos
dos países parece lógico, aunque en muchos periodos estas relaciones se
manifestaran en forma de expediciones armadas.
Como
consecuencia de un sueño profético, el rey de Sylla, una de las tres partes en
que estaba dividida Corea, creó el Hwarang, un grupo escogido de jóvenes guerreros que Vivian
juntos y eran instruidos en todas las técnicas de combate. El Hwaran-Do, es
decir la vía de la élite de los guerreros, constaba de dos aspectos: Jun-do (la
vía de la espada), es decir, la adherencia a los ideales más nobles del guerrero,
y Am-ja (la vía de la oscuridad), en que
para obtener la victoria se justifica
cualquier medio.
Entre
los Hwarang, los escogidos practicaban, además de Jun-do, también Am-ja, y se
les denominaba Sool Sa, “Caballeros de la noche”. Los Sool Sa practicaban Un
Shin Bop, el arte del combate oculto, a su vez dividido en arte de esconderse,
arte de infiltrarse, del poder de la mente y su utilización, y arte de caminar,
arrastrarse y desplazarse en cualquier terreno.
Gracias
a los Hwarang, y en particular a los Sool Sa, el rey de Sylla conquistó los
reinos vecinos de Paecke y Kogoryu. La conclusión de la guerra marcó el fin de
la tropa selecta, la cual, inutilizada, se vivió y sus jefes se vieron
implicados en conjuras de palacio que llevaron a la disolución de los
batallones de Hwarang.
No
obstante, las técnicas hwarang pasaron de unas generaciones a otras, hasta el
punto de que sus enseñanzas aún siguen hoy día. El representante más famoso del
hwarang-do moderno era Michael Echaniz, conocido por haber escrito manuales de
adiestramiento para algunos cuerpos militares de EE.UU. en 1978, Echaniz
desapareció de la jungla de Nicaragua mientras desarrollaba actividades de
“asesor militar”, oficialmente destrozado por una bomba. En el helicóptero en
que viajaba.
Existen
además leyendas más oscuras sobre los “tigres de la noche”, el cuerpo especial
de asesinos a las órdenes del emperador de China. Famosos por la forma de
moverse sin ser vistos y por el manejo de armas silenciosas e increíbles como
la guillotina volante. Todos estos sicarios procederían de un pueblo de kOREA.
Sin
duda, grupos de coreanos, o con mayor probabilidad individuos aislados, se
trasladaban en diversas épocas al Japón, y muy probablemente se establecieron
en regiones poco habitadas, mezclándose con los grupos que más tarde darían
origen a los Ninja, aunque esta hipótesis no está reflejada en la tradición.
EL JAPÓN
Las
primeras noticias de actividades de espionaje en el Japón se remontan al
reinado del príncipe Shotoku, en el siglo VII, aunque no se habla
específicamente de Ninjutsu. Lo cierto es que en varias regiones montañosas del
Japón en particular Iga y Koga, Vivian unos grupos de familias, tal vez de
origen continental, y con poquísimos contactos externos y en total
independencia.
Otros
famosos grupos de ninja fueron los Shingu de Nagano, llamados Suppa: los Koshu
de Yamabushi, llamados Monos de montaña: los Rikuzen de Sendai, llamados Bueyes
negros: y por último, los Joshu de Tochigi, llamados Rappa.
Entre
los grupos que Vivian fuera de la sociedad se encontraban también los monjes
Yamabushis, monjes de los conventos de las montañas que no dudaban en
intervenir en la política de la capital, bajando armados del monte Hei. A lo
largo de las diversas batallas que durante décadas enfrentaron a los yamabushis
con el poder central, es muy probable que grupos fugitivos o derrotados
hallaran refugio en los pueblos ocultos de las montañas, propagando su arte
guerrero.
Antes
del siglo XI, un monje llamado En no Gyoia, al fin de unificar los diversos
grupos de yamabushis, fundó el Shugendo basándose en preceptos de procedencia
china. Esta doctrina fundía las enseñanzas del budismo esotérico y una parte
del chamanismo japonés llamado Mikkyo, con una práctica de vida ascética en los
montes que llevaba el espíritu a trascender el cuerpo. Estas enseñanzas, así
como también el posterior Omyodo, una especie de ciencia de la adivinación de
origen chino, se consideran fundamentales para el nacimiento del arte ninja.
Otro
elemento importante, con frecuencia olvidado, fueron los Ikki, uniones de
habitantes del campo, en especial el Ikko Ikki, una liga religiosa de la secta
Jodo organizada militarmente, que conquistó en 1488 la provincia de Kaga y la
retuvo en su poder hasta 1580, y donde construyó una enorme fortaleza –
catedral, para ser más exactos en Osaka. Es muy probable que elementos de Ikko
Ikki, conocidos por su fanatismo, habilidad guerrera y manejo de las armas de
fuego, engrosasen también las filas ninja; si no es cierto lo contrario, es
decir, que la habilidad guerrera de los Ikki derivase en realidad de
inspiradores e instructores ninja.
Así
pues, los ninjas se constituyen como un grupo de personas particularmente,
fieles solo a sus jefes directos y cuyas habilidades eran el resultado de un
condicionamiento físico y mental iniciado en la infancia y proseguido durante
toda la vida. Muchos no avanzaban demasiado en el Ninjutsu, limitándose a
sobrevivir y llegando a ser buenos especialistas; Pero para los pocos que
demostraban aptitudes, existían otras materias, que iban del estudio de la
naturaleza humano (Satsujin no jutsu, adivinar la naturaleza de una persona por
su actitud) a los campos más elevados en que la ciencia ninja sé fundía con la
magia.
En
teoría, únicamente quien había nacido ninja podía convertirse en miembro del
clan, pero era frecuente que individuos particulares hallasen hospitalidad
entre los guerreros sombra, correspondiendo con lo que podían ofrecer. Este
flujo ininterrumpido de conocimientos, filtrado por mentes dispuestas a acoger
y aprovechar todo lo nuevo que aprendían, constituyó la base de esa disciplina
única que el Ninjutsu.
LOS TRES PERIODOS
HISTÓRICOS
La
historia ninja se puede resumir en tres grandes periodos (cuatro, contando el
actual):
1) De los orígenes a la instauración
del Shogunato Tokugawa (época Edo, desde 1616)
2) Desde el periodo Edo hasta la
restauración Meiji (1867)
3) Desde el periodo Meiji, hasta
la segunda guerra mundial
El primer periodo va desde los orígenes, como
hemos visto bastante misteriosos y controvertidos (o tal vez múltiples, puesto
que nada indica que los distintos clanes ninja no tuviesen orígenes
diferentes), hasta la época Edo o, mejor dicho, la destrucción llevada a cabo
por Oda Nubunaga entre los clanes de Iga y Koga, pasando por la época más
romántica de Japón, la de la guerra Gempei.
Por
lo que se refiere a la historia de los ninja tenemos dos actitudes en claro
contraste; Por un lado, la historiografía oficial, que tiende a desconocer la
actividad de los ninja (e incluso a negar su existencia); por otro lado, la
tradición popular, que ve a la sombra ninja encapuchada detrás de todos los
acontecimientos del periodo correspondiente al aislamiento de los diversos
clanes en lugares ocultos.
Este
periodo se caracteriza, además de por un secretismo total, por el empleo de los
guerreros sombra en auténticas operaciones militares. En efecto, podían
infiltrarse en un ejército, efectuar incursiones en el campo contrario o
penetrar en un castillo y abrir las puertas a sus aliados.
La
primera referencia a un personaje que hizo uso de lo que más tarde se conocería
como Ninjutsu se remonta al siglo VII: El príncipe Sotoku Taishi habría
utilizado en su lucha contra Moriya a un experto llamado Otomo el astuto, al
que concedió tras la victoria el nombre de Shinobi “oculto”, uno de los
sinónimos de ninja.
Poco
después aparece Eno Ozuno, un brujo de las montañas que durante años tuvo en
jaque a las fuerzas gubernamentales que lo perseguían y que sólo se rindió
cuando éstas raptaron a su madre para utilizarla como rehén.
Aunque
carece totalmente de fundamento la referencia a Yoshitsune como jefe ninja,
algunos elementos de su leyenda se prestan a este tipo de interpretación.
Hermano menos del célebre Minamoto no Yoritomo, debe pasar la infancia
escondido para sustraerse a la búsqueda de los enemigos Taira, que en aquel
periodo lo aventajaban. El jovencito, ágil y airoso, que entonces era llamado
Ushikawa Maru, es instruido en las artes marciales en la corte del rey de los
Tengu, míticos seres que viven en los bosques, en general, se divierten
gastando bromas a los caminantes y poseen una habilidad insuperable en las
artes de combate (también Yagyu Munenori habría sido discípulo suyo).
Un
día, al cruzar un punte, Yoshitsune es desafiado por Musashi bo Benkei, un
gigantesco Yamabushi que había hecho voto de no moverse de aquel puente antes
de recoger cien espadas de otras tantos
guerreros desafiados por él, y había llegado justo a noventa y siete.
El
duelo entre Yoshitsune y Benkei Recuerda el de Robin Hood y el pequeño Juan; el
adversario más grande no logra herir al más ágil y al final debe reconocer su
derrota. Tras este episodio, Benkei seguirá a Yoshitsune durante toda la vida.
Habiendo contribuido de forma notable a la victoria de los Minamoto contra los
Taira, Yoshitsune atrae los celos de su hermano mayor, Yoritomo, jefe del clan,
y con unos pocos seguidores pasa el resto de su vida errante, siempre
perseguido por sus enemigos y siempre burlándolos, en una epopeya de mil
episodios.
Todo
ello hasta su muerte y la de Benkei
controvertida, tal vez un truco, dado que los cuerpos han quedado destruidos
por las llamas, y sus fantasmas aparecen en episodios de la historia de aquel
tiempo y de las épocas sucesivas.
De
todos modos, el Ninjutsu del Yoshitsune Ryu, como aparece incluso desde el ya
citado Yoshitsune Tora no Maki, es una mezcla de magia, adivinación y
estrategia, y parece más dirigido a samuráis que a ninjas, aunque la parte que
se ocupa de los Kuji (los Mudra sánscritos, signos mágicos compuestos con los dedos) inspirará todas las obras
posteriores del tema.
Con
el fin de la época Kamakura (1333) surgen los primeros datos reales de grupos
de ninja establecidos en Iga y Koga.
Los
ninja de Iga se organizan con disciplina feudal al servicio de las familias
Hattori, Momochi, Oe, Toda, Mochizuki, y Fujibayashi a la sombra del gran
castillo Hakuho (fénix Blanco), mientras en Koga viven más de cincuenta
familias, muchas de las cuales descienden de Ronin, samuráis que se ha quedado
sin clan.
En
el periodo Nambokucho (1334-1393), caracterizado por la multiplicación de las
guerras feudales bajo el débil Shogunato de los Ashikaga, surge la figura de
Kusunoki Masahige, que con una red de unos cincuenta agentes de Iga dispersos
por las distintas ciudades recoge información para vendérsela al mejor postor.
La época Muromachi se caracteriza al principio por una paz relativa, pero muy
pronto degenera, primero con la guerra Onin (1467-77) y más tarde con el
periodo llamado Sengoku, o del país en guerra, que ve estallar guerras entre
grandes feudatarios como los Takeda, Uesugi, Hojo y Saito, además de las
rebeliones de los Ikki.
En
la guerra entre Takeda Shingen y Uesugi Kenshin, los ninjas fueron empleados
por ambos lados, como tropas de infiltración y reconocimiento; a algunos de
ellos se les atribuye un sistema de señales que luego se hizo de uso común.
Surge
una nueva estrella en el firmamento de los grandes jefes guerreros, Oda
Nobunaga, que primero pone en fuga a los Takeda usando la fusileria (de una
forma que deja en ridículo a los ejércitos Occidentales de la misma época) y
luego se deshace de Uesugi Kenshin, según la leyenda enviándole a un ninja
enano, Ukifune Jinnai, quien, tras penetrar a través de las alcantarillas hasta
el retrete del señor Uesugi, lo empaló con una lanza y luego logró huir.
Por
venganza, dicen las historias ninja, pero con mayor probabilidad dentro de la
política de expansión encaminada a controlar de forma directa regiones que
antes tenían cierta independencia, o tal vez como consecuencia de la campaña
contra Ikko Ikki, Oda Nobunaga, después de un primer intento fallido de su
hijo, invade con una inmensa tropa la provincia de Iga, destruyendo casi por
completo los clanes. Las leyendas ninja se extienden sobre aquel momento de
amarga derrota, cantando alabanzas de los Jonin que combatieron con valor para
defender sus tierras y sus gentes. Entre ellos se distingue Momochi Sandayu,
mientras que se omite completamente a Fujibayashi Nagato, que también tenia
fama de ser muy valiente, por un motivo excelente ¡los dos jefes eran la misma
persona! Sandayu, además de la suya y de la de jefe de los Fujibayashi, tenía
otras dos identidades. Tras escapar a la masacre de Iga, se estableció en Kii,
volviendo luego a morir a Iga.
Oda Nobunaga fue asesinado al caer en una
emboscada tendida por su enemigo Akechi Mitsuhide, en la que tal vez los
ninjas tuvieran una parte de influencia,
y desapareció en un templo en llamas. En su lugar sube al poder Tokugawa Ieyasu,
uno de sus generales quien, salvado por
Hattori Hanzo, le concederá el puesto de jefe de los espías; Estos, llamados
“hombres hierba”, con frecuencia fueron confundidos con jardineros.
Entramos
en el segundo periodo de la historia Ninja, el largo Shogunato de los Tokugawa,
en el que existen tres tipos de Ninja; los que están a sueldo del gobierno bajo
los Hattori (y tal vez otra red bajo los Yagyu), algunos pequeños grupos a
sueldo de diversos feudatarios que se limitan a una actividad local, y los
descendientes de otros grupos que se enrolan en la policía donde, gracias a su
antigua red de informadores, tienen gran éxito.
La
única operación oficial de los ninjas de esta época se produce durante la
rebelión cristiana de Shimabara, aunque su papel no fue en absoluto glorioso. A
la muerte de Hattori Hanzo, su hijo no logró mantener la supremacía. En efecto,
episodios de rebelión contra la autoridad llevaron a la disolución del grupo de
los Ninjas de Iga al servicio del Shogun (pero tal vez fue un triunfo de los
Yagyu) y el Ninjutsu se consideró muerto.
La
época MEIJI comienza con la apertura del Japón a Occidente y el consiguiente
esfuerzo por llegar a ser un país Occidental, los inicios de este periodo están
marcados por la sangrienta rebelión de Satsuma, en la que los samuráis
conservadores se ponen de lado del derrocado Shogun Tokugawa contra la
modernización del emperador; no obstante, el papel que habrían desempeñado los
Ninja en estos hechos no está en absoluto probado, como tampoco lo están los
diversos episodios que se habrían producido durante las guerras ruso –
japonesas y chino – japonesa, incluido un fabuloso combate entre ninja chinos y
japoneses.
Los
documentos históricos tienen un grado de credibilidad muy variable y van desde
relatos fantásticos a manuales esotéricos llenos de imaginación, muchos de los
cuales se remontan al último periodo Edo, época en que incluso se fabricaron e
hicieron pasar por ninja numerosas construcciones mecánicas de uso improbable,
ávidamente coleccionadas por aficionados de la época.
Aparte
de los manuscritos secretos en manos de
los distintos descendientes de las escuelas, sobre lo que no podemos
pronunciarnos, por haber podido ver uno solo de ellos, debemos citar el
Bansenshukai (Diez mil ríos bajan al mar), verdadera enciclopedia del Ninjutsu
atribuida a Fujibayashi Yasukoshi y escrita en 1676, un tratado de consta de
varias partes escrito es una lengua
sumamente difícil de comprender para un japonés moderno. Se divide en:
-
JO, introducción a la filosofía
ninja y elogio del ninja con respecto a los demás guerreros.
-
SHOSHIN, la pureza de los ideales.
Cualquiera puede usar la técnica ninja, pero solo quien tiene el tipo de
mentalidad adecuado es un verdadero ninja.
-
SHOCHI, se ocupa de la organización
del grupo ninja.
-
YONIN, el aspecto positivo del Ninjutsu
-
INNIN, el aspecto negativo; Técnicas
de infiltración, engaño, etc. Incluye técnicas que los samuráis consideraban
deshonrosas.
-
TENCHI, Tierra y cielo, observación
de las condiciones meteorológicas y modo de prevenirlas.
-
NINCHI, descripción del traje y el
equipo; se enumera todo lo que sirve para trepar, entrar, actuar en el agua,
los métodos para preparar venenos, explosivos, medicamentos y sistemas
generadores de Humo.
En
la última parte de la época Showa, junto a un gran interés por todas las antiguas
artes marciales, también el Ninjutsu fue tenido en cuanta, aunque bajo secreto
de estado. No se sabe con certeza si operaron algunos ninja en Manchukuo. Por
lo que se refiere al resto del Pacífico, la utilidad de los ninja era muy
reducida dado que gran parte de los enemigos era de raza blanca, por lo que
obviamente era imposible infiltrarse. Llegamos ahora a la época moderna, en la
que los guerreros Shinobi han salido a la luz.
Continuará…………………..
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